domingo, 27 de marzo de 2011

ANTONI GAUDI - MORFOGENESIS



Como hemos visto, para Antoni Gaudí, la mecánica y la forma estética, son los elementos paradigmáticos de toda su arquitectura. Por medio de la observación y de la prueba, creó un nuevo sistema arquitectónico estructural que trasciende a sus contemporáneos y lo sitúa en un lugar único, le fue develado el plan maestro de la creación, la estructura de la naturaleza, de la materia informada por el espíritu. Su visión de la arquitectura trasciende todo estilo, todo intento de clasificación, fue un arquitecto imbuido por la lógica estructural y constructiva sin separar nunca el aspecto estético. El uso de los materiales autóctonos, brutos y tallados, nobles, tal cual son y aun aquellos que serían desechados por la mayoría de los artistas, los trozos de cerámicas con los que conformaba, a modo de grandes vitrales pétreos góticos, los inigualables trencadís, llenos de vida y color, manifestación de su potencia creadora: hacer arte de todo, aun de los escombros.


A este formidable trabajo artístico lo completó con una vida coherente y una conducta ética honorable. Nunca especuló con su arte, ni lo expuso para su gloria, no buscó ni fama ni dinero con él, fue un hombre digno que nunca cayó en la soberbia, objetivos tan comunes en los ambientes vanguardistas y en el esnobismo de algunos bohemios. El suyo no es arte decadente, sino que es un arte innovador que nos invita al estudio de su método, de su sistema constructivo, de su modo de leer la naturaleza, de modo similar como lo hicieron y lo hacen en esta concepción orgánico vital de las obras como Dieste, Torroja, Nervi y Calatrava, entre otros.

¿Es éticamente lícito para los profesionales buscar la fama y la vanagloria por medio de la realización de proyectos y construcciones insensatas que sólo satisfacen un ego descontrolado?. Una arquitectura sana y coherente sólo puede producirse con el uso racional y económico de los materiales y del esfuerzo coordinado del recurso humano. Actuar en contrario sería una falta de modestia y seriedad en el contexto de la realidad de un país en desarrollo como el nuestro que se debate en una profunda crisis.

Pero por otra parte, ¿toda obra sustentable y económicamente sana debe necesariamente ser olvidada del noble ejercicio de lo bello?. Se afirma que la mecánica y la forma de toda obra debe ser bella porque encierra en sí misma la esencia de la naturaleza que es al mismo tiempo nuestro hábitat humano.

Nuestra meta, como profesionales, debe ser el desarrollo sustentable que procure y ayude a los hombres a realizarse dando como resultado una vida más plena y más humana en contraposición del mundo actual: caótico y violento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario